La mayoría de las personas, cuando deciden emprender un negocio, tal vez en un inicio se encuentren inseguras si deberían o no realizarlo. Si este es su caso, le diremos que lo primero que hay que tener es “confianza en sí mismo” e “iniciativa”, e ir potenciándolas.
La decisión está tomada. Entonces hay que auto disciplinarse para fomentar las siguientes HABILIDADES:
Tenacidad y perseverancia. Pero ojo, no estamos hablando del entusiasmo de un inicio, éste suele durar poco sobre todo en personas que empiezan y no terminan de encuadrar el negocio, y acaban abandonándolo.Tenacidad comprende crear un plan de trabajo e ir obteniendo pequeños logros que nos llevarán, poco a poco, al cumplimiento de grandes objetivos.
Iniciativa. Puede desarrollar su iniciativa diseñando estrategias para los problemas que habrán de presentarse al inicio de un negocio. Así como potenciando hábitos que le faciliten la toma de decisiones, incluso en los momentos más complicados, por ejemplo, durante el análisis del costo-beneficio de sus decisiones.
Aprendizaje y tendencia a la superación. Nunca sabremos todo y siempre debemos abrirnos al conocimiento que cada situación o problema nos deja. La rutina es lo peor que podemos adoptar, debemos buscar nuevas formas de hacer las cosas y encontrar información para mejorar el negocio, sobre todo aquella que está directamente relacionada con nuestra área de aprendizaje. Hay que tener la capacidad de asumir nuestros errores, porque al entenderlos podrían surgir nuevas áreas de oportunidad.
Anticiparse al futuro. Hay que aprender a tomar decisiones clave para el futuro del negocio en momentos de máxima incertidumbre. Estar inmersos en el pasado cuando algo anda mal, preguntándonos ¿por qué mejor no hice esto o aquello? No es de gran utilidad. Solo hay que identificar la falla y cuestionarnos que es lo que realmente quiero conseguir. Hay que analizar el mercado y tener una visión global, cómo evoluciona aquel y cómo puedo reorientar mi negocio para ir a la par.
Ver el fracaso como oportunidad. Casi todos los emprendedores han tenido que superar algún fracaso en su trayectoria hacia el éxito. Muchos negocios llegan a éste gracias a los golpes, porque este es el mejor Curso de Aprandizaje que se puede tener. Hay que evitar a toda costa sentirse fracasado y quedarse estancado. Estudie los hechos que lo llevaron al fracaso y pregunte a la gente relacionada al proyecto, seguramente encontrará la forma de continuar de la mejor manera.
Capacidad para soportar la presión y el estrés. Las emociones son inevitables, pero hay que aprender a canalizarlas para que fluyan. La mayoría de las personas que se enfurecen fácilmente tienen reacciones violentas cuando se sienten atacados personalmente por la otra parte. Muchas veces las posturas enfrentadas están relacionadas con la falta de diálogo o porque éste no es el adecuado. Siempre que una situación pueda derivar en un conflicto de intereses, intente escuchar a la otra parte, póngase en su lugar, para buscar una solución entre los dos. Trate, a toda costa, de mantener la calma. Si le cuesta trabajo, busque literatura relacionada al manejo de las emociones.
Habilidad comercial. Ésta se desarrolla cuando se entra en contacto con el cliente. La conducta de venta, verbal o no verbal, nos la indicará el mismo cliente. Hay que aprender a analizarlos con empatía, y muchas veces poniéndonos en sus zapatos y entendiendo sus requerimientos.
Capacidad de negociación. La negociación es una habilidad imprescindible para la empresa. Hay que buscar el ganar-ganar entre ambas partes, y conectar personalmente con el cliente. Hay literatura al respecto, siempre hay que estar informados. Es imprescindible no dar la impresión de un “emprendedor inexperto”.
Capacidad de Liderazgo. Hay que ser asertivo y ponerse en la situación de los empleados. Hay que fomentar el dialogo y ser empático con ellos, siempre resaltando sus respectivas obligaciones, y poniendo a su alcance todos los medios necesarios para cumplir sus objetivos. Hay que ganarse su confianza y respeto.
Planificación. Los emprendedores son buenos planificadores, “si y solo si” tienen muy claro lo que quieren conseguir y hacia dónde deben orientar su negocio. Y para ello pueden realizar un esquema o mapa mental.
Capacidad para organizar a su personal. El emprendedor que no aprenda a delegar responsabilidades entre sus empleados, no tendrá éxito. Debe crear equipos de trabajo, elegir a los miembros según sus habilidades del área designada y establecerle responsabilidades según ésta. La empresa debe funcionar con o sin la presencia del dueño.
Y claro, hay muchas más habilidades que un empresario debe aprender y fortalecer; sin embargo, cada uno irá adquiriendolas según su negocio, los factores externos como el mercado y la economía, su competencia, las áreas de oportunidad, etc.
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