Siempre nos han dicho: Recuerda que una apariencia adecuada es tu mejor arma para proyectar una imagen y la empresa que representas.
Mientras que la mujer empresaria o ejecutiva tiene una variedad extensa de prendas para verse siempre impecable y hacer valer su rango, un hombre empresario está un poco más “limitado”; aunque nótese que lo decimos con cuidado, ya que actualmente muchas reglas han cambiado y desde que el trabajo remoto se hizo una necesidad, así también los códigos de vestimenta se adecuaron al nuevo estilo de vida ocasionado por la pandemia.
En tanto que el empresario tradicional de los sectores del mismo tipo, siguen utilizando el traje - el cual los hace lucir distinguidos y hasta imponentes-, han cambiado los códigos de vestimenta según los sectores industriales.
Claro que aquí hay que hacer una pausa, si hablamos de firmas financieras, empresarios bancarios y afines, el código de vestimenta siempre será el traje formal, sin opciones.
Sin embargo, en el área tecnológica, por poner un ejemplo, el empresario suele usar una vestimenta sport o lo que hoy es llamado el smart casual que consiste en combinar estilo y comodidad consiguiendo un look que se adapta a cualquier ocasión, y en donde se pueden usar una versátil gama de prendas, como pantalones de lino, garbardina o jeans; camisas blancas o de diversos colores y diseños; sacos de cualquier color según la temporada y/o suéteres sencillos de tonalidades combinables, sin olvidar los zapatos cómodos como mocasines, choclos, de lona, alpargatas o tenis. ¡Si tan solo los vieran sus difuntos abuelos, se volverían a morir! Sin embargo, los estilos y colores sobrios ya casi son historia. De lo monocromático hemos trascendido a los policromáticos combinables.
Si hablamos de una fábrica de confección y textil, el empresario lo veríamos seguramente vestir de jeans, con camisas a rayas o cuadradas, mocasines y hasta tenis. Los empleados uniformados es otro tema pero, sin una vestimenta designada, no habría mucha diferencia en el vestir entre un operario, un jefe de piso, un gerente y el dueño.
Los jóvenes emprendedores también han venido a imponer su propio estilo y hasta han optado por buscar tendencias y moda. Ya son más relajados y pueden usar un traje formal, sin corbata y tenis. Incluso, podemos observar el “Pop Art” en su prendas, que puede ser la combinación del estilo popular (de las masa) con el arte. Es una presencia visual llamativa y colorida, donde la combinación de prendas y materiales no se hace esperar, aunque aún en nuestro país no ha sido tan común como en EUA o Japón. Aunque este “pop arte”(1) no es nuevo, ya ha trascendido al ámbito empresarial de algunos fashionistas.
Como sea, y a mi consideración, mientras la vestimenta elegida por el empresario le de distinción y elegancia -a veces relajada-, todo es aceptable.
(1) Como nota diremos que Andy Warhol (Pittsburgh, 6 de agosto de 1928-Nueva York, 22 de febrero de 1987) fue un artista plástico y actor estadounidense que desempeñó un papel crucial en el nacimiento y desarrollo del “pop art”.
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